La isla de Tenerife es la parte emergida de
un gran edificio volcánico piramidal, con su base triangular situada a unos 3.000 m. bajo
el nivel del mar. Se trata de la isla de mayor extensión superficial (2.058 Km2)
y de mayor altura (Pico del Teide, 3.718 m.) del Archipiélago Canario. En ella
se pueden diferenciar varios edificios volcánicos: los Edificios Antiguos (o
Series I), el Edificio Cañadas y los Edificios Recientes (Teide-Pico Viejo y
las Dorsales).
Los edificios más antiguos se encuentran en los extremos del triángulo, y son los Macizos de Anaga (al NE), Teno (al NO) y el relieve residual del sector del Roque del Conde (al Sur). Todos ellos están constituidos por materiales pertenecientes a la Series Antiguas o Series I, con edades que oscilan entre los 11.5 y 3.5 millones de años (Ma), agrupados en varios ciclos de actividad (ANCOCHEA et al., 1990).
La topografía de estos macizos es muy accidentada, con barrancos muy
profundos y grandes acantilados marinos. Los materiales volcánicos están
constituidos por grandes espesores de coladas y mantos de piroclastos basálticos,
atravesados por diques, con algunos episodios de domos, coladas y diques de
composición traquítico-fonolítica tardíos. Para algunos autores la parte
norte del Macizo de Anaga (Arco de Taganana) representa la zona más antigua de
la isla (HERNÁNDEZ-PACHECO y RODRÍGUEZ LOSADA,
1996), que podría ser
asimilable al tramo superior del Complejo Basal o parte submarina de la isla (CARRACEDO
et al., 1997), con una edad
posiblemente de unos 16 Ma.
El sector central de la isla está ocupado por el Edificio Cañadas, estratovolcán constituido por materiales volcánicos, tanto lávicos como piroclásticos, en los que abundan los diferenciados sálicos.
En el Edificio Cañadas se reconocen dos unidades principales
(ANCOCHEA et al.,1990 y 1999;
MARTÍ et
al., 1994; ABLAY y MARTÍ,
2000):
Grupo Inferior (Cañadas I y II), entre
3.5 y 1.4 Ma., con una secuencia basáltica más antigua y varios episodios lávicos
y piroclásticos de carácter sálico al final.
Grupo Superior (Cañadas III), entre 1.4
y 0.17 Ma., en el que predominan depósitos piroclásticos fonolíticos que se
extienden sobre todo por el sur de la isla.
Sobre la génesis
de la caldera aún continúa la polémica, ya que algunos autores la explican
por colapsos o hundimientos relacionados con la emisión de grandes volúmenes
de materiales piroclásticos en erupciones altamente explosivas (ARAÑA,
1971;
MARTÍ et al., 1994; MARTÍ et al.,
1997; MARTÍ y GUDMUNDSSON,
2000), mientras que otros atribuyen su origen a
deslizamientos gravitacionales dirigidos hacia el norte de la isla,
debidos a la inestabilidad del Edificio Cañadas al desarrollarse rápidamente
(BRAVO, 1962;
NAVARRO Y COELLO,
1989; CARRACEDO,
1994; WATTS y MASSON,
1995;
ANCOCHEA et al., 1999). Recientemente, otros autores desarrollan hipótesis
combinadas (ABLAY y HÜRLIMANN,
2000).
Desde el Edificio Cañadas hacia el NE, se extiende la Dorsal de la Esperanza, edificio en forma de tejado que ha estado formándose desde al menos hace unos 1.8 Ma., mediante una potente secuencia de materiales basálticos y traquibasálticos, tanto lávicos como piroclásticos (FERAUD et al., 1985; ANCOCHEA et al., 1990).
Desde su construcción se han producido dos grandes deslizamientos
gravitacionales o avalanchas, que originaron los valles de la Orotava, hacia el
norte, y Güimar, hacia el sureste (WATTS y MASSON,
1995).
La actividad volcánica más reciente (desde los 0.17 Ma. hasta la actualidad) está representada por el gran estratovolcán Teide-Pico Viejo y por multitud de centros de emisión distribuidos por la mayor parte de la isla. El crecimiento del Edificio Teide-Pico Viejo se ha llevado a cabo mediante emisiones centrales continuadas, primero de carácter basáltico y, luego, de traquitas y fonolitas, erigiendo un gran cono de más de 1.500 m. de altura, flanqueado por algunos domos fonolíticos (Montaña Blanca y Los Gemelos, de 2.000 años de edad; Pico Cabras; Roques Blancos; etc.)(ABLAY et al., 1995; ABLAY y MARTÍ, 2000).
Las restantes erupciones tuvieron lugar en forma de conos
de cínder con coladas asociadas, de carácter basáltico en su mayoría, y se
distribuyeron preferentemente por las tres dorsales que extienden desde el
centro hacia los vértices de la isla (Anaga, Teno y Sur).
La actividad eruptiva se ha prolongado
hasta la actualidad, existiendo un registro de cinco erupciones históricas
desde el siglo XV. Dichas erupciones son las del Taoro (1430), situada en el
valle de la Orotava; Fasnia, Siete Fuentes y La Arena (1704-05), en la Dorsal de
la Esperanza; Montaña Negra (1706) y Chinyero (1909) en la Dorsal NO o de Teno;
y Chahorra (1798) en la falda occidental de Pico Viejo (HERNÁNDEZ-PACHECO,
1985; GARCÍA MORAL,
1989).